jueves, 10 de septiembre de 2015

La ira de los ángeles | Zombies en un mundo deprimente.

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Reseña y opinión sobre:

 Alden Bell: "La ira de los ángeles" 



Primer libro de la saga "Reapers",  de lectura en solitario, pero que tiene al menos una continuación,  no publicada en español.


El autor era un completo desconocido para mí hasta que leí esta novela, su nombre artístico es el pseudónimo de Joshua Gaylord, ya tiene publicados siete libros y compagina la escritura con su trabajo de profesor, está casado con la autora de libros de misterio Megan Abbott.


 

“El mundo se parece mucho a lo que ella recuerda: todo está consumido y pálido, como si hubiera venido alguien con una esponja para absorber con ella todo el color y la humedad y lo hubiera dejado todo reseco y gris. Pero al mismo tiempo le alegra haber vuelto. Le han faltado este tiempo las construcciones humanas, que son realmente maravillosas cuando uno se fija: esos altos edificios de ladrillo, con todas sus pequeñas habitaciones y puertas y armarios, como colonias de hormigas o avisperos cuando rompes sus conchas de papel. Una vez, cuando era pequeña, estuvo en Orlando, y recuerda haberse quedado en la base de aquel edificio tremendamente alto, pensando que la civilización tenía alguna gente fuera de serie trabajando para el progreso, y dando patadas a la base del edificio para ver si el chisme entero se caía, y comprobando que ni se caía ni lo haría nunca

 Temple es una chica joven que vive sola en una isla al sur de los Estados Unidos, nació unos 10 años después de que los zombies casi arrasaran por completo la civilización, un día descubre un cadáver, o mejor dicho un cadáver viviente, destrozado en la playa, al parecer los zombies están consiguiendo alcanzar su pequeña isla y decide abandonarla.

Acostumbrada a arreglárselas sola desde hace varios años, cuando su posible hermano pequeño y un hombre que los acogió y le enseñó a defenderse de vivos y muertos dejaron este mundo. Temple va viajando hasta llegar a una ciudad donde se encuentra con un grupo de cazadores de zombies, los cuales la llevan hasta unos bloques de viviendas que sirven cómo refugio a cientos de personas, allí conocerá al desagradable Abraham, y a su temible hermano Moses.

 Cuando  Abraham muere accidentalmente al intentar violarla, Temple decide abandonar el refugio y escapar, además de recorrer el país para ver los sitios maravillosos y ahora casi abandonados que la gente le ha descrito Así se inicia una fuga en la que Moses se muestra cómo un perseguidor implacable e infatigable, mientras que Temple viaja siempre un paso por delante de él mientras conoce y se relaciona con más supervivientes en los más pintorescos refugios.

 Mientras lo mira, percibe un movimiento reflejado en el cristal del escaparate de la joyería: algo que se acerca a ella por detrás.
            Sin pensarlo, saca de la funda la daga de los gurkhas y se da la vuelta. Levanta la daga por encima de la cabeza, dispuesta a hundirla de arriba abajo.

            Pero entonces ve el cañón del rifle, que le apunta directamente a la cara.
            —Alto ahí, señor mío —dice ella bajando la daga—. Estaba a punto de cortarlo en trozos pensando que era una babosa. ¿Por qué se acerca a la gente a hurtadillas?
            En cuanto la oye hablar, el hombre baja el rifle.
            —Creí que eras uno de ellos —dice—. Llevabas ahí demasiado tiempo sin hacer nada.
            —Mis excusas por quedarme examinando el escaparate.”
 

"La ira de los ángeles" es un libro de zombies donde los no muertos, que reciben diversos nombres,  como "babosas" o "pellejos",  parecen sólo una excusa para describir una persecución en primera persona por diversas partes del país, la novela está llena de descripciones de paisajes, situaciones y sentimientos, pero las descripciones tienen en estilo de que algo no está bien en el mundo, como si además del apocalipsis zombie algo se hubiera torcido en la Tierra.

La religión también es un factor importante en la novela, Moses sabe tan bien cómo Temple que su hermano no era un buen hombre y que la chica actuó en defensa propia, pero debe matarla porque una persona debe seguir el camino señalado por Dios. Temple también tiene muy presente a Dios en sus pensamientos, el de ella es un Dios mañoso que lo tiene todo planeado y lo que tenga que ser, será. No hay elección posible para ellos porque Dios ya lo tiene todo dispuesto.

“—Sólo estaba echando un vistazo, —dice ella— mirando a su alrededor y viendo que están solos los dos. No hacía nada.
            El enorme tipo se encoge de hombros. Saca un cigarro del bolsillo de la chaqueta, le arranca la punta de un mordisco, la escupe para que caiga por la abertura, prende una cerilla con la uña del pulgar, y chupa el cigarro para infundirle vida. Cuando ha terminado con la cerilla, la lanza también por el ventanal, y Temple observa cómo desaparece en la oscuridad el rescoldo rojo pálido.

            Al final, Temple pregunta:
            —¿Qué quieres?
            Y por primera vez Moses se vuelve hacia ella, como si fuera una simple mariquita que se le ha posado en los nudillos o algo así.
            —Quiero muchas cosas —responde—. Pero nada que tú puedas darme.”
 

En cuanto a la temática del libro hay algunas cosas que me parecen inconexas. Han pasado 25 años desde que empezó el holocausto, los zombies son lentos y no muy peligrosos excepto cuando se encuentran en grupos, la mayoría se mueren de hambre, sin embargo después de tanto tiempo todavía hay gente que se deja coger por ellos de la forma más estúpida, a pesar de que muchos llevan casi toda la vida conviviendo con los muertos andantes.

Las infraestructuras son otra incoherencia en la narración, hay zonas, pueblos y ciudades con grupos de supervivientes e incluso se dice que en California buena parte de Los Ángeles, está libre de zombies, ahí se comprende que haya electricidad, sin embargo en su viaje Temple visita ó pasa cerca de zonas y pueblos abandonados desde hace décadas que siguen iluminadas ", cómo si el tiempo y la destrucción las hubiese dejado a un lado a su paso". Creo que en el caso de la que humanidad sufriera cualquier tipo de catástrofe incluso mucho menor que ésta, los servicios cómo la electricidad serían de los primeros en caer.

Resumiendo, un libro sobre zombies, Dios y paisajes totalmente decadentes al igual que la humanidad que los habita, todo ello acompañado de complejos pensamientos sobre la existencia, el cual me ha resultado un poco extraño a lo largo de sus 288 páginas.


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